Cinco meses después del triunfo de la Revolución rusa,los nuevos gobernantes nombraron a artistas comoMalévich, Kandinski, Tatlin o Chagall para ocuparimportantes puestos en el recién creado Comisariadodel Pueblo para la Instrucción Pública.Estos vanguardistas pretendían transformar calles yplazas, la educación y, en última instancia, a las propiaspersonas. Sin embargo, su intento de llevar el arte ala vida no acababa de cuadrar con la interpretaciónbolchevique de una cultura revolucionaria, lo que hizoque no tardase mucho en resquebrajarse la confianzaentre ambos.Esta obra aborda por primera vez la asombrosa historiade la vanguardia rusa en su conjunto. De la mano deun número sin precedentes de cartas, diarios yrecuerdos, muchos de ellos inéditos, ofrece unvibrante y conmovedor retrato de estos excepcionalesartistas y de una época irrepetible.Un excepcional relato de uno de los periodos másfascinantes de la historia de las vanguardias, el que vade la Revolución de Octubre a los inicios del gobiernode Stalin