A mediados de la década de los 70, Cindy Sherman empezó a trabajar explorando las manipulaciones a las que podía someter a su propia pesona. Empezó haciendo uso de maquillajes y trajes, disfrazándose y apareciendo en lugares como fiestas y eventos varios de modo que sorprendía a sus amigos y conocidos. Pronto empezó a fotografiarse vestida de los personajes que había creado, generando una serie de imágenes que constituyen una versión primitiva de los Untitled Film Stills que más tarde la consagrarían en el mundo del arte. Fue en esta primera etapa creativa en la que Sherman creó A Play of Selves, una historia visual de una mujer joven con diversos alter-egos que compiten en su interior y que terminan por generarla una crisis interior de personalidad. Un total de dieciséis personajes, todos encarnados por la artista, en setenta y dos fotografías en blanco y negro en los que los distintos "yos" del artista posan. Organizado en cuatro actos y publicado por primera vez ahora, este trabajo es fundamental para comprender los orígenes de esta artista y su interés por el estudio del individuo como sujeto.