Un fascinante ensayo literario sobre la granepidemia del siglo xxi: la soledad.Se puede estar solo por muchos motivos. Hay solitarios forzo-sos y solitarios por elección; soledades pasajeras y soledadesque parecen durar toda una vida. La experiencia de Pedro Se-rrano, capitán español que en 1526 sobrevivió ocho años enuna pequeña isla y que inspiró la figura de Robinson Crusoe,no se parece en nada a la del llamado Hombre del Agujero ,un indígena de Brasil empujado a ocultarse durante casi tresdécadas en la selva tras la masacre de todo su pueblo. De lamisma forma, la soledad que experimentó Al Worden, el astro-nauta que en 1971 se encargó de pilotar el Apolo XV y que seconvirtió en el hombre más aislado de la historia, tampoco tuvonada que ver con la de Rudolf Hess, el solitario de Spandau ,que vivió durante veinte años como único recluso de una cárcelproyectada para más de quinientos presos. Durante la historia,millones de mujeres se han sentido solas en sus hogares a lavez que rodeadas de su propia familia. Conocemos, incluso, laexistencia de una ballena que lleva décadas sin tener contactocon ningún otro ejemplar de su especie debido a que su cantoes ininteligible para el resto