La divulgación científica, presentada como pedagogía o como juego, tiene un profundo interés. Su atractivo consiste en que fenómenos y mecanismos son explicados científicamente a partir de un efecto inicial sorprendente. Este tipo de ejercicios fue especialmente popular en el siglo XIX. Los entretenimientos científicos nos muestran la ciencia como algo abierto y prometedor, todo lo contrario del aspecto amenazador y secreto que hoy la envuelve. La tecnología, las máquinas, los dispositivos, tienen aquí una dimensión comprensible, universal, amiga, perfectamente representada en las explicaciones de Tissandier. Gaston Tissandier (París, 1843-1899), investigador y editor científico, fundador de La Nature --revista científica en la que también escribió asiduamente-- fue divulgador apasionado de la ciencia y el progreso modernos. Inventó un mecanismo eléctrico para el control del dirigible aerostático. Trabajó siempre con excelentes grabadores, que dieron a sus obras una calidad visual en algunos aspectos todavía no superada por la fotografía. Hoy los derroteros de la ciencia parecen ajenos al conocimiento popular. La pretecnología y lo que hoy llamamos juego educativo ya estaban implícitos en obras como esta. Por todo ello esta reedición refleja oportunamente una actitud, una manera de entender la tecnología y el progreso, universal, ecológica, comprensible, construíble y que tiene una significativa vertiente lúdica. Facsímil de la edición de 1887. Presentación de Jordi Pablo.