Bajo las laderas del monte Druckerschwärze se halla el Sultanato de las doce mil siglas y de los mil seiscientos acentos circunflejos, conocido por atraer a científicas e inventores en busca de inspiración. Como Monsieur Petrantoni, que se aventuraba cada tarde por los estrechos callejones del barrio Gutenberg para rastrear en sus recónditas librerías. Allí husmeaba entre los más antiguos volúmenes en su perpetua cacería de imágenes. Una tarde, como guiado por una intuición, se dirigió hacia un magnífico ejemplar ilustrado y sacó del bolsillo su inseparable lupa para comenzar con el ritual bajo la cálida luz de la lámpara de gas. Horas después, en una de las amarillentas páginas apareció la imagen que buscaba para completar L'Etoile Mysterieuse: una impresionante reproducción del siglo XIX. Era perfecta, así que adquirió el libro y salió apresuradamente. De vuelta en su taller, con el microlector de reliquias de Mme. Scaneria, conservadora de los códices del Sultanato, comenzó a capturar la imagen que completaría su colección. Lo que pasó después, lo descubriras al tenerlo entre tus manos.