Casi 200 páginas profusamente ilustradas en torno a literaturas heterodoxas, extremas y marginales (y no sólo), vinculándolas en este caso con el suicidio. Detrás de una apabullante portada, esta rara y necesaria publicación, ofrece artículos para pensar sobre el tema del suicidio desde múltiples puntos de vista: los que se arrojan desde viaductos hacia las estrellas, como el bohemio Sawa; los que se arrodillan con los brazos extendidos ante el paso de trenes, como el pintor y poeta Mira; o quienes emprenden un vuelo hacia el vacío leve, como el zamorano Alejo. Se hace un fiel retrato de Debord, el crítico más lúcido del espectáculo capitalista, suicidado de la sociedad. Hay también lugar para filósofos tan distantes en el tiempo pero tan cercanos como Deleuze y Spinoza, o poetas portugueses aquejados de saudades y con ansias de além, como Espanca. La revista se cierra con una lista de 350 suicidas ejemplares, la Suicipedia, tal vez la más completa publicada sobre escritores.