Cuando Donald Judd comenzó su proyecto Marfa a principios de la década de 1970, se consideró como una búsqueda idiosincrásica. Hoy, Judd es venerado por su arte minimalista y los estrictos estándares que aplicó a todo lo que lo rodeaba, incluidos los interiores, la arquitectura y los muebles. La antigua parada de agua se ha convertido en una meca para artistas, peregrinos del arte y aficionados al diseño atraídos por el enclave creativo, las instalaciones permanentes llamadas "entre las más grandes y hermosas del mundo" y el austero y hermoso paisaje del desierto. De acuerdo con las intenciones específicas del sitio de Judd, aquellos que llaman hogar a Marfa han elegido vivir en concierto con su entorno abierto e indómito. Marfa Modern presenta casas que representan respuestas únicas a este entorno: el cielo, su luz y la sensación de aislamiento, algunas incluso anteriores a la llegada de Judd. Aquí, el artista conceptual Michael Phelan vive en una antigua estación de servicio de Texaco con manchas de ácido de batería en el piso de concreto y una mesa de comedor de veinte pies que recubre una pared. La modesta casa de un chef viene con la satisfacción de estar hecha a mano hasta las mesas auxiliares y el baño, que se expande en un patio privado con una bañera al aire libre. Otra artista usa las muchas habitaciones de su casa, una antigua cárcel, para alternar entre diferentes medios, con las obras de Fort D. A. Russell de Judd siempre visibles desde el porche del segundo piso. Los extraordinarios costos de construcción significan que los habitantes de Marfa adoptan una cultura de ingenio fronterizo y libertad del exceso: los letreros de metal recuperados se convierten en puertas corredizas y los tramos de tubería se convierten en accesorios de iluminación, los almacenes industriales se rediseñan después de las galerías de cubos blancos del área para crear espacio para uso privado o personal. creado colecciones de arte, y otros materiales son sugeridos por la tierra misma: las paredes están hechas de ladrillos de adobe o tierra apisonada para formar patios escultóricos, o, en un caso notable, una mezcla de barro y ladrillo enyesado con suelos locales, mucílago de cactus, caballo estiércol y paja.